Cómo hablar con tu hijo sobre simulacros de seguridad, cierres patronales y violencia armada
noviembre 22, 2019
La seguridad de nuestros hijos, como cuidadores, es algo instintivo y, sin embargo, en momentos de lo desconocido, extremadamente abrumador. Queremos utilizar nuestros instintos de mamá oso para hacer todo lo posible por proteger a nuestros hijos del peligro. Ponemos plástico en los enchufes y apretamos las correas de los asientos del coche. Cuando por fin enviamos a nuestro hijo al mundo, nuestra capacidad de protegerlo cambia. A medida que aumentan la violencia en nuestras comunidades, las tensiones en nuestro mundo y la violencia escolar alcanza un nivel incómodo, mantener conversaciones sinceras con nuestros hijos puede prevenir el trauma y la ansiedad de lo desconocido, así como crear una cultura proactiva de comunicación abierta.
Consejos para hablar de entornos seguros:

1. Empieza pronto:

Cuando nuestros pequeños experimentan simulacros de encierro en la escuela o se enteran de un acto de violencia, puede provocar ansiedad e incertidumbre. Ayudar a tus hijos a procesar e identificar las emociones (por ejemplo, miedo, tristeza, ira) es importante. Hacer saber a los niños que estamos aquí para mantenerlos a salvo y que, si alguna vez se sienten inseguros, tienen que decírselo a un adulto, les proporciona una acción para encontrar una solución. Barrio Sésamo ofrece varios recursos para los padres y crea una forma atractiva y proactiva de abordar la seguridad de un modo que no asuste a tu hijo.

2. Dedica tiempo a conocer a los amigos de tu hijo:

Ser proactivos a la hora de comprender a nuestros hijos significa ser algo más que un espeluznante acosador de las redes sociales (aunque los expertos recomiendan controlar las redes sociales de tu hijo). Infórmate sobre los amigos de tu hijo. Cuando ya hemos abierto el canal de comunicación, si hay algo más grave que denunciar, se han sentado las bases para hacerlo.

3. No tengas miedo de buscar apoyo externo:

Apoyar la salud mental de tu hijo y asegurarte de que dispone de los recursos que necesita es de vital importancia. Si crees que tu hijo corre riesgo de depresión o ha sufrido un trauma o estrés, acércate y habla con un experto sobre las formas en que puedes apoyarle. Hay varios programas de ayuda. GRASP (Proyecto de Rescate y Apoyo a las Pandillas) es un programa de intervención dirigido por iguales que trabaja con jóvenes que corren el riesgo de participar en pandillas o que están actualmente en ellas, lo que supone un gran fomento de la violencia entre los jóvenes. AIM es un programa dirigido por Denver Health que utiliza las mejores prácticas de la Red Nacional de Programas Hospitalarios de Intervención contra la Violencia (NNHVIP), atención informada sobre traumas y un enfoque de salud pública que utiliza datos e investigación para interrumpir el ciclo de violencia entre los jóvenes y adultos jóvenes en situación de riesgo de Denver. Rostros para el Futuro, otro programa dirigido por Denver Health, está diseñado para atender específicamente a jóvenes infrarrepresentados que pueden tener problemas de rendimiento académico o importantes factores de estrés social.
No hay una forma correcta o incorrecta de hablar con tu hijo sobre la violencia armada. En última instancia, se trata de iniciar la conversación y tomar medidas activas como padre para ayudar a mantener su seguridad y la de los demás. Aprovecha estas oportunidades para aprender y crecer con tu hijo, y juntos podréis ayudar a acabar con la violencia armada.
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